Donde haya naturaleza, habrá salud

Parque francés de Buttes-Chaumont en el noreste de París, distrito XIX, el tercero más grande de la ciudad.

La tersura del espacio sin la rudeza del pavimento. La pureza en la respiración y la plenitud de voces de aves sin la hostilidad de centenares de bocinas. La tranquilidad que en la agitación de las calles escaseará, en la naturaleza será normalidad.
No sólo esenciales a la fauna que los habite y su vegetación, parques y bosques, cerros y campos son potenciadores e integrantes de la salud humana. La científica estadounidense Frances Ming Kuo lideró una investigación en el Laboratorio de Paisaje y Salud de la Universidad de Illinois publicada el año 2010 cuyo propósito fue evaluar los efectos del entorno natural en los seres humanos durante 10 años. Los resultados de esta investigación le permitieron a Frances señalar:

"Un paseo por el parque es más que una buena manera de pasar la tarde. Es un componente esencial para una buena salud."

Una amplia lista de efectos positivos

La naturaleza cubre el enfoque biopsicosocial que construye la estructura humana, en lo que a efectos positivos respecta:

• Entre los factores psicológicos alentados por la existencia de espacios verdes se encuentran la generosidad, la confianza y la optimización del estado de ánimo -este último evaluado por la Sociedad Química Americana en 1.252 individuos-. El aumento de la creación de vínculos y la voluntad de ayudar a otros caracterizará la esfera social, de acuerdo a la investigación de Ming Kuo.

Congestión vehicular en la ciudad de El Cairo, Egipto. El Cairo
es considerada la ciudad más ruidosa del mundo.

• Lo cognitivo, no obstante, no se queda atrás. Mayor rendimiento en los estudios será inherente a quiénes estén en contacto con la naturaleza. ¿La razón? La autodisciplina y el control de impulsos serán fomentados por ella. Otro factor evaluado ya en el año 2008 por la revista Psychological Science potenciado con sólo un breve recorrido a pie a lo largo de un bosque, es la concentración y la reducción de la ansiedad. Conclusiones alejadas de las elevadas tasas de trastornos de ansiedad y depresión que envuelven a las urbes.

• El bienestar físico será también favorecido; la naturaleza evita el agotamiento idiopático o sin causa física y provee una solución más efectiva a la ausencia de energía que una taza de café cargado, de acuerdo al profesor de la Universidad neoyorquina de Rochester, Richard Ryan. El tiempo de recuperación y la dosis de medicamentos requeridos por un paciente hospitalario son variables igualmente moduladas. Un hospital de Oregon, EE.UU., localizado en una zona natural permitió que los días de recuperación descendieran de 5 a 2 días y la necesidad de 2,5 dosis de medicamentos para el dolor a 1.

Con los resultados de estos estudios, se añade una cada vez más avalada base para la preservación de la naturaleza; el deber de protegerla no sólo se desprende de ser fuente de las más asombrosas y variadas especies animales y vegetales, sino de su incesante y benefactora incidencia en cada uno de nosotros.